jueves, 26 de julio de 2012

Capitulo 4: Artes Morbosas


IV
Una vez que llegue a la biblioteca, le entregue la ficha al anciano que se encontraba en el lugar. El anciano puso la ficha en la parte superior de un libro grueso y forrado con piel de cerdo. Se titulaba Orrocrux, al cual le faltaba la ultima pagina. Me puse a pensar donde podría estar la pagina 39 de la cual solo quedaba un pedazo rasgado en zigzag. 

-La biblioteca de las Artes Morbosas  no es apta para las mentes inocentes- afirmo de repente el anciano.-Contiene muchos de los libros más maléficos, los libros más peligrosos sobre rebeliones, traiciones, magia, monstruosidades y las artes de la muerte. No sería ninguna sorpresa que estos libros se hayan encontrado cara a cara con la maldad. Pero lo que si sorprende, es que hayan sobrevivido a todo eso-.


La biblioteca estaba ubicada en una cámara subterránea bajo la ciudad. Después de que el bibliotecario, (el cual nunca me dio su nombre), me diera las gracias por haber devuelto la ficha, le pregunte por el símbolo que había visto en la cueva. Su conversación cobro un tono apasionado. Me quede asombrado al saber el verdadero propósito de la biblioteca. El bibliotecario había dedicado su vida a estudiar un único libro, el Código Maldito. Desde que comenzó su historia, me conto que el código había presenciado los momentos más oscuros de la humanidad, tanto los desastres naturales, como las pestes, la tortura, el terror y todo tipo de atrocidades.

¡Era absurdo! Pero los ejemplos que me mostro eran muy convincentes. El código, con su siniestro símbolo había estado en los estantes de faraones egipcios, emperadores y reyes justo antes de que sus imperios cayeran. Roma, Sodoma y Gomorra, Constantinopla. Todos ellos tuvieron el código poco antes de su ocaso. Y después reapareció en barcos y caballos que transportaban la peste, epidemias o invasores que se dirigían a nuevos territorios.

-¿Cómo es posible que nunca me ha llegado alguna noticia de el?- exclame.

-El código borra su rastro- me respondió el bibliotecario, y luego me explico que a lo largo de los siglos se habían destruido un gran número de libros. En el momento que se adquiere información sobre el código, este ataca con una tremenda y aterradora violencia.

-¿Qué espera encontrar en él?- pregunte con una voz susurrante.

-La manera de detenerlo.  Creo que tenemos el conocimiento para conseguirlo. Es lo que el Orrocrux menciona como “el Deshacedor”, una acción o un conjunto de palabras que detendrán el malvado código para siempre. Pero me faltan muchas cosas para lograrlo; por ejemplo, la información que había en la página 39 de Orrocrux y, el tiempo y las fuerzas para encontrarla.

Cuando salí de la biblioteca de las Artes Morbosas, sentí como si me fuera a explotar la cabeza de tanta nueva información y tenía una terrible premonición. Y es que había accedido a llevar a cabo unas cuantas tareas para el bibliotecario.

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